//-->

4.10.07

Seguir luchando

Francesco Alberoni es un connotado pensador italiano, que editorializa todos los lunes desde la primera página del "Corriere della sera" . Me encontré esto en una revista local, que a su vez lo tomó de alguna fuente no especificada. Lo pongo para compartirlo con ustedes y para ver si yo mismo lo atiendo.


Lucha siempre, por Francesco Alberoni

Me ha ocurrido muchas veces que he dejado a un amigo o conocido en condiciones desastrosas, ya fuera de salud, económicas o de trabajo. Y me he preguntado con miedo cómo habría hecho para resistir, en que habría acabado su situación. Y muchas veces, reencontrándolo después de años he descubierto que estaba bien, alegre lleno de vida, con una nueva actividad, a veces con una nueva esposa o un nuevo marido. Y he entendido que, en realidad, no podemos decir que la vida de una persona está acabada, porque todos poseemos enormes capacidades que no utilizamos y la vida siempre nos ofrece una nueva oportunidad, antes impensable.

Cuando estás durante derrotado, o cuando enfrentas una enfermedad mortal, te alejas de la realidad, te repliegas en ti mismo; es un poco como si estuvieras muerto. Y cuando te recuperas, cuando te curases como si te fuese dada una segunda vida, y te invade un deseo febril de hacer, de tener nuevas experiencias. Un amigo mío, que se recuperó de un tumor considerado incurable, se compró un bellísimo con el que sale a navegar por el Mediterráneo. Otro ha escrito un libro que ha tenido un éxito inesperado.
Por eso nunca hay que decir: “No hay nada que hacer”; “qué se le va hacer, no puedo tener hijos”; “que se le va hacer, no me gradué”; ”qué se le va hacer, me llegó la menopausia”; “qué se le va hacer estoy jubilado”.
No tiene sentido: es como decir “qué se le va hacer, se terminó la liquidación”. Si la liquidación se terminó, hay otras infinitas posibilidades de compras. Y no hay que perder tiempo en lamentarse de no tener más esto o aquello, ni de rumiar nuestros errores o las maldades que han cometido los demás. Errores cometemos todos y todos padecemos de maldades ajenas. No se trata de ser optimista solamente: tenemos que hacer las cosas que nos gustan, que nos estimulan, e ignorar las demás.

No hables con los que te resultan antipáticos, con los que te irritan, y no veas películas que no te interesan: evita los programas de televisión que te fastidian.
Y si encuentras algo que realmente tiene valor, lucha por realizarlo.

Etiquetas: