Catasetum Maculatum (por esta vez macho).
La de arriba con forma de estrella es una Huntleya Burtii.
Dudoso, pensaba en los múltiples beneficios que el rechazo puede traer a la creación literaria cuando descubrí estas orquídeas florecidas entre las de la colección. Y como este año una parte de mí se ha empeñado en hacerle un campo, en abrirle un resquicio al pensamiento positivo, (uff, cuanto me cuesta mantenerme en este propósito, a cada rato siento que hay algo que me empuja a desdecirme) me pareció que estas bellas necesitaban un poco de mi atención: una foto,un post, quizás. A pesar de que vivo en Costa Rica, un país en el que sus habitantes mantienen un único idilio histórico con las más de mil cuatrocientos especies de orquídeas que se pueden encontrar en los cincuenta y un mil kilómetros cuadrados de su territorio, lo mío con las orquídeas es algo reciente.
Tienen las orquídeas una forma única de ganarse la vida – se dice así ¿no?- , para ellas la supervivencia de su especie depende de su capacidad de atraer a las laboriosas abejitas y demás insectos que deben ser atraídos al compartimento carnoso donde guardan su polen –“No money no honey”, dicen otras bocas con labios diversos también, pero esa es otra historia, aunque parecida-. Para asegurarse el traspaso de su herencia genética recurren algunas orquídeas a los artificios del olor, que hace, por ejemplo, que la euglossia, una simpática abejita, o mejor dicho abejito porque son solo los machos los que son llevados por el aroma al labio de la orquídea trigonidium, para que luego transporten sin saberlo el polen pegado en su espalda propagándolo entre las otras plantas con el mismo olor, -que debe ser a algo así como a “chica euglossia salvaje”- . Al final y sin saberlo, el abejito cumplió con su misión, es decir la misión que le sirve a la orquídea que no ha tenido reparos ni escrúpulos en engañarlo con el fin de obtener su cometido. Como las orquídeas no son de las que se detienen ante nada recurren también a la belleza de sus formas y sus colores, es que ya lo escribió Dostoievski: La belleza es el campo de batalla donde Dios y el diablo pelean por el alma del hombre. O de los insectos, en este caso. Algunas orquídeas como el Catasetum maculatum (verlo en la foto de arriba, en su encarnación o mejor dicho en su floración como macho) pueden hasta cambiar de sexo según su conveniencia, así en una temporada pueden ser flores hembras, en la siguiente flores machos; esto depende de la cantidad de sol a la que sean expuestos dicen los científicos con esa forma morosa y prosaica que tienen de explicar algunos fenómenos que requerirían mayor emoción que razón.
Estos días las orquídeas de las fotos de arriba se han empeñado con sus colores y formas en desmentirme, en tratar de convencerme de que no es cierto que, como ya lo he contado otras veces, de mi mano: la santa, solo salgan los milagros que convierten el vino en agua y la poesía en chisme, pero, no sé si terminar de creerles a las orquídeas, es que son tan mentirosas, tan adeptas al engaño, sino que lo digan las inocentes euglossias macho.
Tienen las orquídeas una forma única de ganarse la vida – se dice así ¿no?- , para ellas la supervivencia de su especie depende de su capacidad de atraer a las laboriosas abejitas y demás insectos que deben ser atraídos al compartimento carnoso donde guardan su polen –“No money no honey”, dicen otras bocas con labios diversos también, pero esa es otra historia, aunque parecida-. Para asegurarse el traspaso de su herencia genética recurren algunas orquídeas a los artificios del olor, que hace, por ejemplo, que la euglossia, una simpática abejita, o mejor dicho abejito porque son solo los machos los que son llevados por el aroma al labio de la orquídea trigonidium, para que luego transporten sin saberlo el polen pegado en su espalda propagándolo entre las otras plantas con el mismo olor, -que debe ser a algo así como a “chica euglossia salvaje”- . Al final y sin saberlo, el abejito cumplió con su misión, es decir la misión que le sirve a la orquídea que no ha tenido reparos ni escrúpulos en engañarlo con el fin de obtener su cometido. Como las orquídeas no son de las que se detienen ante nada recurren también a la belleza de sus formas y sus colores, es que ya lo escribió Dostoievski: La belleza es el campo de batalla donde Dios y el diablo pelean por el alma del hombre. O de los insectos, en este caso. Algunas orquídeas como el Catasetum maculatum (verlo en la foto de arriba, en su encarnación o mejor dicho en su floración como macho) pueden hasta cambiar de sexo según su conveniencia, así en una temporada pueden ser flores hembras, en la siguiente flores machos; esto depende de la cantidad de sol a la que sean expuestos dicen los científicos con esa forma morosa y prosaica que tienen de explicar algunos fenómenos que requerirían mayor emoción que razón.
Estos días las orquídeas de las fotos de arriba se han empeñado con sus colores y formas en desmentirme, en tratar de convencerme de que no es cierto que, como ya lo he contado otras veces, de mi mano: la santa, solo salgan los milagros que convierten el vino en agua y la poesía en chisme, pero, no sé si terminar de creerles a las orquídeas, es que son tan mentirosas, tan adeptas al engaño, sino que lo digan las inocentes euglossias macho.
Etiquetas: digresiones, divaguemos
18 Comments:
Tengo algún problema subioendo las fotos.
Ufff menos mal!! pensé que me iba a perder las imágenes por este trasto mío... si es culpa tuya la cosa cambia... jeje.
Malas, malísimas son las orquideas y tan monas y delicadas parecen, verdad? y mira luego... pérfidas, más que pérfidas!!
Me encanta cuando divagas, señor de las costas bellas. Un abrazo!
Margot
mi senhora de Madrí que lo que más fácil me sale es divagar, je,je
Pues yo veo las fotos perfectisimamente... Y que bonitas son. Aquí te las venden unas cajitas transparentes y salen a pelo de demonio, no se si nuestro país es demasiado cálido, demasiado seco, o quizás demasiado frió..
Pero si, cada cual se busca la vida como puede y para supervivir... hay a veces que engañar
Oye, súper interesanteeee... no sabía que las orquídeas hacían lo que se les pagaba en gana!
Aqui en Bs. As. no crece una orquidea sino es en invernadero. Con los frios que pelan del invierno no queda ni una.
no digo ¡dios mío! porque no soy creyente...pero cada vez que leo o escucho o veo algo sobre tu país me pregunto cómo puedo seguir no conociéndolo...
¡orquídeas! creo que lo usaré para desear ¡felicidades!
pensé que no querías el link, desde ahora sé que sí.
Mirá las orquídeas! Tienen una inteligencia superior! Más de una va a estudiar ese compotamiento y aplicarlo a sus conquistas!
Me ha encantado, Heriberto. Siempre digo que la gente que tiene una sensibilidad especial, está dotada para tocar todos los palos de la vida que le den la gana. Tú eres uno de ellos. Escribes precioso, y fotografías mas precioso todavía. Esa belleza que desprenden esas fotos, se ve apoyada, justificada por tu texto. Las orquídeas me han recordado con su comportamiento a muchas personas que conozco, son coquetas, saben atraer por sus formas y olores, y además, y esto no lo pude asimilar, cambian de sexo... lo del sexo no puedo atribuirlo a mi teoría, que se basa en que por cariño, amor, y deseo, uno busca la manera de embellecerse y concentrar lo mejor de uno mismo en minutos, para captar la atención y finalmente la redención del otro. Sí, en eso tenemos mucho en común con ellas. Pero lo del sexo que cambie... eso no acabo de entenderlo, si lo dicen, será verdad...
Somos todos un poco orquídeas entonces... unos mas hermosos que otros, o quizás todos igual de hermosos dependiendo de los ojos que nos miren.
Supongo que establecí un paralelismo entre flores y humanos que sólo existe en mi cabeza, porque yo siempre busco identificarme o extraer algo de lo que leo. Pero es mi opinión, que igual te parece extraña... primo... esta familia está llena de locos.
Me encantó, de verdad, las fotos son una maravilla, y tu, otra.
Un besazo fuerte, grande,
Delirium
Me gustó que hayas escrito en honor a las orquídeas.
Fíjate que vivo en una tierra productora de café y también de orquídeas. Hay varios invernaderos.
Acá las usan también para las bodas o quince años y son caros los arreglos.
Interesante lo que dices de tu país. Ganas de conocerlo.
Abrazos jarochito.
Sin duda, tu post no tiene nada de lo prosaico de los científicos.. Es simplemente una personificación preciosa de las cópulas de una preciosa flor.
La belleza en todas sus formas nos hace divagar.
Un saludito ;)
las orquídeas....la naturaleza.....insisto que los más "tontitos" somos los humanos...
La verdad que lo que comentas es revelador, y eso que la orquídea es una flor tan codiciada y hasta venerada. Muy buen post. Saludos!
como diría mi abuela: "Que corrongada de orquideas"
Son preciosas... y tan, no sé, como primitivas...
Si fuera flor sería una orquidia.;las amo llenan mi casa y me adornan la vida
Bueno, querido amigo, no creo que el atraer a los "abejitos" para que se lleven consigo el polen para fertilizar otras plantas pueda considerarse un enga�o. Los abejitos se llevan aquello que fueron a buscar, nadie los decepcion� ni les puso una trampa mortal. Sencillamente, se da una caso de colaboraci�n mutua: la orqu�dea proporciona el material que les permitir� elaboral la miel y el abejito les traslada el polen que permitir� el crecimiento de nuevas plantas que le permitir�n hacer m�s miel... Besitos desinteresados �eh?
Hace dìas no te leìa, què pena por mi Heriberto!
Fijate que en eso de las mentiras en general no creo que sea para lamentarse, ¿cuàntos habremos nacido gracias a una mentira? El chiste con ellas està en que algunas nos las queremos creer y eso las iguala con la verdad, ¿no crees?
He llegado a creer que lo verosímil se alcanza cuando el lector encantado con lo que lee quiere creer lo que le cuentan sin detenerse a especular si es verdad o no, porque no le importa.
A decir verdad en todo este asunto vos sos la "orquidia metirosa" y nosotros, los que te seguimos el juego, los abejorros "engañados".
Un abrazo
Xoxen
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