Sonrisas opiáceas
pasan los días: inasibles y leves como polillas. Sí, ella está ahora con sus piernas largas, con su bata blanca de (CENSURADO POR LA ASOCIACION DE PROTECCION A LOS BLOGUEROS IMPRUDENTES: APROBLIM), con su sonrisa larga a prueba de bombas. Tiene un entusiasmo que no disimula cuando me ve (ella no entiende por qué debería hacerlo). Con sus modales amables, con . ¿Podés curarme?, le digo. Y sonríe. ¿Podés aliviarme con tu risa terapeútica?, le digo con demagogia. Y me abraza, ella que siempre ha sido proclive a propinar abrazos , más que yo, que soy de otra época. ¿Me curarás?- insisto en las preguntas y ella responde con las maneras ambiguas de su sonrisa y de sus ojos. Me abraza de nuevo y yo me doy por satisfecho con lo que de ella recibo: su dosis de opiáceos en forma de sonrisas y de “Opium” y de tibieza casta (hace calor húmedo en las tardes de San José, quiero decir: eso explica lo de la tibieza, parte de ella al menos).
Compartíamos un chop suey entero y medio arroz cantonés donde el chino Fan, quiero decir en el Restaurante Palacio de la Luna o “Luna Palacio” que es como literalmente dice el rótulo rojo a la entrada. Ella comía con su entusiasmo incombustible, con su risa a toda prueba, con su mirada que no me pierde detalle, esas atenciones entusiastas de sus ojos, de sus labios, de sus poros, de sus tatuajes de pequeñoburguesa de pueblo, de sus abalorios de joven mujer biencasada, son, por ahora y mientras duren, los mejores bálsamos para ese recurrente mal de mí mismo. Sos mejor que el Paxil, le digo, esta vez –aunque no lo parezca- sin pizca de damagogia y ya más adentrado en el campo de las confesiones. Y ella responde como siempre responderá: con su risa todoterreno que le estira sus facciones agudas, con su generosa incomprensión de lo que me sucede a mí y de lo que le digo, excepto de lo que le pregunto fingiendo mucho interés sobre su oficio de (CENSURADO POR APROBLIM : ASOCIACION DE PROTECCION A LOS BLOGUEROS IMPRUDENTES) .
Y así pasa un rato hasta que nos separamos y luego vuelvo a lo de siempre y ella también, pero lo de ella no será tan malo como lo mío, basta con ver su sonrisa larga tan permanente.
Compartíamos un chop suey entero y medio arroz cantonés donde el chino Fan, quiero decir en el Restaurante Palacio de la Luna o “Luna Palacio” que es como literalmente dice el rótulo rojo a la entrada. Ella comía con su entusiasmo incombustible, con su risa a toda prueba, con su mirada que no me pierde detalle, esas atenciones entusiastas de sus ojos, de sus labios, de sus poros, de sus tatuajes de pequeñoburguesa de pueblo, de sus abalorios de joven mujer biencasada, son, por ahora y mientras duren, los mejores bálsamos para ese recurrente mal de mí mismo. Sos mejor que el Paxil, le digo, esta vez –aunque no lo parezca- sin pizca de damagogia y ya más adentrado en el campo de las confesiones. Y ella responde como siempre responderá: con su risa todoterreno que le estira sus facciones agudas, con su generosa incomprensión de lo que me sucede a mí y de lo que le digo, excepto de lo que le pregunto fingiendo mucho interés sobre su oficio de (CENSURADO POR APROBLIM : ASOCIACION DE PROTECCION A LOS BLOGUEROS IMPRUDENTES) .
Y así pasa un rato hasta que nos separamos y luego vuelvo a lo de siempre y ella también, pero lo de ella no será tan malo como lo mío, basta con ver su sonrisa larga tan permanente.
Etiquetas: Ah, ficción, Heriberto Rodríguez, San José con aguacero
14 Comments:
Hola:
creo que has hecho una hermosa descripción de la cotidianidad del amor. Bonito ritmo y tono, además he observado desde mi subjetivo punto de vista ciertos coqueteos con la poesía.
Saludos mil y seguiré visitándote
¿Es chavala de las (CENSURADO POR LA FUNDACIÓN CONTRA LECTORES COMENTARISTAS DE BLOGS IMPRUDENTES, FUCLECOBIM) omnipresentes es Katie Holmes? Tiene un no sé qué que qué sé yo en la boca... Y esos contornos, ¿fueron los que te inspiraron esta prosa húmeda y sinuosa? Del chop suey a la sonrisa, un relato bien ric...--ejem!-- bien dirigido.
Tarántula: hola, siempre bienvenida por esta casa. Yo pongo el café y vos lass arepas venezolanas,ja,ja.
Gustavo: ja,ja,, ahora que lo decís ella se parece a la Holmes antes del Cruise, ja,ja. Albricias por las censuras.
Estas personas que siempre sonríen y son tan positivas, aunque sean ambiguas, siempre nos caldean el corazón. Quízá, también, porque sabemos que nunca nos aceptarán un compromiso, lo que nos permiten adorarlas con condescendencia, sin vernos tampoco obligados a comprometer algo más que nuestras propias palabras. Delicioso texto, querido amigo.
Tù siempre me haces sonreìr con tus ocurrencias. Y esa menciòn entre parentèsis, jaja.
No quiero caer en esta adicciòn opiàcea eh? o si? jiji
Besos jarochito
Parece que tiene una sonrisa superpoderosa!!!
Ummm joer con las sonrisas... concede una a un escritor y mira la que forma con ella!!
Lo he leído con ganas pero me salté la censura, cachis... (ASOCIACIÓN DE BLOGUEROS IMPRUDENTES SIN PROTECCIÓN).
Buen relato cual polilla. Besote, señor costas bellas!
Isabel; hay mucha de tu sabiduría de diosa de Roma en tu comentario. Graciass por visitar.
Clarice: hola jarochita,esa es la fatal atracción de las adicciones, ja,ja...
La luz: ja,ja...
Margot: gracias mi señora de Madrí.
¡Ay Heriberto! y es que las sonrisa es lo mejor...
Un abrazo
Son capaces de eso y más...
Por cierto, tengo uan duda que me gustaía que me evacuaras en mi blog...
Hola Heriberto, la verdad que su escritura refleja a la perfección esos matices del amor que describe. Saludos!
cuanto bien hace estar con una persona con sonrisa a prueba de todo... yo quiero una persona asi, o quiero ser una al menos por un tiempo... un gusto saber de usted otra vez... saludos
A todos gracias por pasar.
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