Playa Flamingo, Guanacaste
Foto de playa Flamingo, en el Pacífico norte de Costa Rica.
Están aquí juntos, en esta misma playa: el comerciante de orígenes en el Medio oriente o en Centroeuropa (me decepciono de mi propia “corrección política”, si hasta Shakespeare tuvo a su Shilock ), de banquero privado en Suiza, $4 millones de dólares libres de polvo y paja cada año, hijos que se casan a los 18; el chanta con orígenes en Argentina, comerciante de chucherías, Liniers, comuna, altermundo; la vendedora de pastelitos fritos de arroz con delantal blanco que llegó una tarde luego de cruzar la cercana frontera jugando rayuela o haciendo maromas, palangana sostenida con la cabeza sin usar las manos, chilero, menos miseria, un poquito. Juntos, insisto, sobre la arena blanca, compartiendo la sombra del mismo tamarindo, tentando a la espuma tropical como de piña colada que sube con cada ola. Yo, al lado bajo una sombrilla blanca, los veo, como veo a todos en la playa, mientras yo mismo intento huir hacia el espacio en blanco. Meto las manos en la toalla y toco los cangrejos. Puede ser esa misma playa donde se soñó la novela que ahora escribo o más bien descubro, porque ya está escrita en alguna otra parte y ahora sólo debo “merecerla”. Aún así, insisto en denominarla en secreto -nadie sabe que la escribo, nadie debe saberlo- como mi nueva novela. Otra, y con una fresca aún en la gaveta que es entonces como un féretro. Quiero desayunar gallo pinto. Pensar, o mejor dicho: pensar cuando estoy en la playa, siempre me ha provocado hambre. En comida y en topless la playa me hace pensar en grande, puede ser en pequeñas, también.
Gallo pinto: platillo que consiste en arroz y frijoles cocinados juntos y que normalmente se sirve al desayuno. Nota del traductor.
Están aquí juntos, en esta misma playa: el comerciante de orígenes en el Medio oriente o en Centroeuropa (me decepciono de mi propia “corrección política”, si hasta Shakespeare tuvo a su Shilock ), de banquero privado en Suiza, $4 millones de dólares libres de polvo y paja cada año, hijos que se casan a los 18; el chanta con orígenes en Argentina, comerciante de chucherías, Liniers, comuna, altermundo; la vendedora de pastelitos fritos de arroz con delantal blanco que llegó una tarde luego de cruzar la cercana frontera jugando rayuela o haciendo maromas, palangana sostenida con la cabeza sin usar las manos, chilero, menos miseria, un poquito. Juntos, insisto, sobre la arena blanca, compartiendo la sombra del mismo tamarindo, tentando a la espuma tropical como de piña colada que sube con cada ola. Yo, al lado bajo una sombrilla blanca, los veo, como veo a todos en la playa, mientras yo mismo intento huir hacia el espacio en blanco. Meto las manos en la toalla y toco los cangrejos. Puede ser esa misma playa donde se soñó la novela que ahora escribo o más bien descubro, porque ya está escrita en alguna otra parte y ahora sólo debo “merecerla”. Aún así, insisto en denominarla en secreto -nadie sabe que la escribo, nadie debe saberlo- como mi nueva novela. Otra, y con una fresca aún en la gaveta que es entonces como un féretro. Quiero desayunar gallo pinto. Pensar, o mejor dicho: pensar cuando estoy en la playa, siempre me ha provocado hambre. En comida y en topless la playa me hace pensar en grande, puede ser en pequeñas, también.
Gallo pinto: platillo que consiste en arroz y frijoles cocinados juntos y que normalmente se sirve al desayuno. Nota del traductor.
21 Comments:
¿Y no te fijaste en aquella que te miraba tres hamacas más allá? Justo al lado de uno que andaba haciendo el pino para lucir pectorales, y otro que la abanicaba mientras le servía vodka con limas...
¿No te fijaste? (¡Menudo tipazo tienes en bañador!)
No hay de que preocuparse: si sacás tus escritos en la arena, no se te salan.
Hermoso tu escrito...cariños..
Mía: ¿Cómo? con que esa rubia del bañador diminuto eras vos, si no pude despegar los ojos de semejante mami en la hamaca, si ni siquiera pude escribir algo coherente (como pudo verse en el post), si ni siquiera pude dormir bien pensando milimétricamente en la española de la tanga roja y reprochándome a mí mismo mi incurable timidez. La próxima Mía, la próxima me vuelvo valiente. Abrazos. Ah gracias por el piropo,(y eso que ahora solo nado 7k. a la semana, ja,ja)
Itz: ¿estás segura? de acuerdo, confío en tu palabra de chamana mariposa. Un saludo y siempre bienvenida.
Hola Eddy: bienvenida, saludos y gracias.
Heri, una puntualización: de rubia nada, morena morenaza. :)
Besos!
Mía: ¿morena? no tantísimo, ja,ja..; me encandiló el sol que subía desde el este, o me hizo alucinar la vista de tan guapa catalana en la hamaca.
Un abrazo playero.
Gracias por tus palabras
Saludos desde Miami
Si tocaste los cangrejos podés rajar de intrépido!! Lo demás te lo creo...y que te desquitaste con alguna chiquilla de $100 en el Amberes ;)
A mi se me ha antojado leer tus libros, cuándo los tendré? dónde los consigo?
Será que los apunte en la lista de los reyes magos?
Puedo sacrificarme y leerlos en la playa con una piña colada eh?
Te abrazo enormemente..
Yo tambien quedo con ganas de leer tu nueva novela... El gallopinto lo tengo listo para el desayuno de manhana. El desayuno es lo unico que me hace sentirme rey en este mundo: viernes, gallopinto, natilla, cafe 1820, huevos revueltos, tostadas francesas, jugo de naranja, y luego al brete. Asi si dan ganas de vivir. Y ya casi llegan los tamales... No en serio, tu nueva novela esta ambientada en la playa? Estaria loco...
HOla Soleil, saludos hasta M i a m i, gracias por pasar.
Homo surfus: sí, aunque le pedí un descuento a la colombiana que escogí porque se parecía a mi maestra de tercer grado. Por cierto eso me da una idea.
Clarice: gracias por querer leerme. Para enero te prometo que te envio hasta tu Veracruz una copia de mi última novela terminada y luego me contás de lo bien que cae como somnífero, sobre todo bajo las palmeras y con una piña colada, con un margarita, los últimos estudios han determinado que causa un irresistible deseo de buscar bronca, por eso mejor la piña colada. Un abrazo jarocha.
Gustavo: yo al desayuno durante mucho tiempo lo skipeé, hasta que me enteré que eso era lo que hacían los luchadores de sumo para ganar peso (las cosas que se aprenden leyendo Bunehogar), ese desayuno que citás es de verdad para sentirse rey. Recuerdo el desayuno que me hacía los sábados en mi época de estudiante en Holanda: un baguette fresco, salami, tomate y mantequilla danesa (nada que ver con la 2 pinos), ah y muy importante: la revista española Tiempo, ahhh eso era vida. La última novela terminada no está ambientada en la playa (costa pacífica no caribe , que de esas ya hay muchas), pero la que intento hacer ahora sí, ¿por qué? yo no sé. Saludos hasta Boston.
pensar en la playa y en cualquier lugar me da más hambre de seguir pensando
gracias por tu visita
abrazos
ANDREA
Fantástico texto. Me ha gustado mucho. Y luego he visto la foto, tan solitaria... Besos, querido amigo.
Todos y todas bajo un mismo tamarindo!
Seré un poco rara, me gustan las playas desiertas cuando me siento espiral enrroscada, pero cuando estoy feliz me gustan abarrotadas, disfruto de la variedad de la fauna humana, sobre todo de los niños jugando con la arena, me quedo como hipnotizada...
Blogoabrazos.
Sentiste la arena sobre el agua?
Que buen post, ya me veia alli....recuerdo el viaje a Costa Rica que s etruncó..pero que haré no tengas dudas....gracias por aclarar lo del gallo pinto....ojo con el chata argentino!, seguro que fue a lavar guita:-))
un abrazo
Andrea: hola, "hambre de pensar", qué buena inquietud. Un saludo.
Isabel: diosa (implacable con los personajes) un abrazo, amiga.
Julia: sí, eso me pareció increíble, reminiscente de una Costa Rica cada vez más escasa. Todos bajo la igualitaria sombra del tamarindo. Vaya una metáfora de una mejor sociedad ¿No te parece?
Salón de sol: ya tenemos el barómetro de tu estado de ánimo, ja,ja. Un abrazo y suerte con las aceitunas.
Mariela: sí, la arena mojada.
Hera: igual tuvo que posponer (sin fecha , ayer ví una promoción de tiquetes al 50% a Buenos Aires) un viaje a Argentina, me han contado tantas cosas (ahh un bife, ya me dio hambre). Abrazos y espero que podás darte una vuelta por aquí.
Un abrazo.
Heriberto: Y yo que me iba a acercar a hablarte, pero seguro no te interesa, soy argentina...
Tal vez, si cambias de opinión... No todos somos iguales, eh?
Hola eli. Gracias por pasar. Algunos de mis mejores amigos son argentinos y uno de mis sueños es poder visitar algún día Bs. Aires y comer bife mañana, tarde y noche. No tengo nada en contra de nada ni de nadie por su sola nacionalidad y mucho menos de los argentinos. Seguro te confundiste un poco porque en el post no se menciona nada semejante. ¿Estamos de acuerdo? Bienvenida y un gusto.
Bueno, hagamos las pases Heriberto...
Ya pasaste por mi blog y te espero seguido y un gusto para mí también.
Una pitada de la pipa de la paz...
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