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2.6.06

Subdesarrollo y futbol en Costa Rica

Primera parte

Un post inusualmente serio en anticipo de la tempestad que parece asomarse en medio del tan esperado carnaval.

El subdesarrollo

Tiene el subdesarrollo una forma viciosa de perpetrarse, de mantenerse en vigencia. Para eso recurre a diversos mecanismos: nubla el entendimientos de las personas, las despoja en ocasiones de cualquier deseo de mejorar, y, lo que es peor, bloquea el acceso a las esferas desde donde se toman las decisiones a aquellas personas que puedan convertirse en agentes efectivos del cambio, dejando entonces el campo libre para el ascenso y estadía en el poder de aquellos que son los más anuentes a mantener las cosas en el atraso. Es decir, se encarga de destruir a las personas que puedan, desde el poder, combatirlo. Vaya “meme” es este subdesarrollo. Así, las sociedades y las organizaciones subdesarrolladas se dedican a dar vueltas en círculo, mordiéndose la cola, impidiendo que un análisis adecuado se pueda llevar a cabo y haciendo que las soluciones se busquen no donde se puedan encontrar sino donde es más fácil buscarlas.
El cluster del futbol en Costa Rica es un claro ejemplo de subdesarrollo, su nivel se encuentra por debajo del nivel de clase mundial y esa diferencia con el estándar se ensancha cada vez más.
Los performers, es decir los futbolistas, muestran un muy pobre entendimiento del juego, tal y como se practica en los centros mundiales del poder de la disciplina, los entrenadores locales (que jugarían el papel de gerentes de producción) están aún sumidos en una visión antigua de hace dos décadas, ajena a lo que contemporaneamente se maneja y no han demostrado ser capaces de convertirse en los catalizadores del cambio que los practicantes requieren para mejorar y aggiornar su actuación. La prensa especializada es –con excepciones- muy poco conocedora de todo lo que implica el futbol moderno, no hace mucho escuche a uno de los más famosos locutores deportivos (que es como antes se les denominaba) vanagloriarse de como a pesar de que tenía más de veinte años de vivir de lo que hablaba en la radio, él de futbol no sabía mucho, este fue un comentario realmente esclarecedor del estado del sector, sus integrantes han demostrado una capacidad más bien roma para el análisis y la comprensión del papel de los medios independientes en medio del ecosistema. Eso cuando no muestran una sospechosa inclinación hacia una obnubilante pasión partidista, existen sus excepciones, repito. Los dirigentes del ente rector parecen estar más preocupados en sus maniobras para evitar que se realice una auditoría independiente que en cualquier iniciativa para mejorar la situación del conglomerado. Desde la publicación del paper clásico de Michael Porter sobre la competitividad de las naciones se reconoce la importancia de un mercado interno conocedor y exigente para el éxito mundial de un sector, en este caso los aficionados nacionales no pueden catalogarse como un mercado interno altamente enterado o que propugne con sus exigencias y su participación por el mejoramiento del conglomerado. Ya se ha visto el pobre papel orientador de la prensaen en este campo.

La clasificación a Alemania 2006 o el abuso de la aritmética o Borges tenía razón.

En la particular democracia de la FIFA tanto vale un voto de Barbados o de Turcos y Caicos como uno de Alemania; Jack Warner, hasta entonces un oscuro profesor de Trinidad y Tobago, logró con el apoyo de las dos decenas de países caribeños hacerse con el control de la infamosa Concacaf, que hasta entonces había estado en poder de los mejicanos. El resto es historia,Warner, con todos los votos que arrastra, se ha convertido en un valioso aliado del suizo Joseph Blatter, primero en su conquista del poder en la FIFA y, luego, en las escaramuzas que éste tuvo en años recientes con sus interpares europeos de la Uefa y de la asociación de los clubes más ricos, encabezados por el sueco Johansson. Esta lucha de poder se resolvió por goleada a favor de Blatter, en gran medida gracias a los votos de los países de la zona que le procuró el ahora multimillonario Warner; pero, no sólo de pan vive el hombre y la zona de Centro y Norte américa y el Caribe, contó con tres plazas y media para esta edición de la Copa, mientras que la región sudamericana –indiscutiblmente más rica en historia y capacidad futbolística pero que sólo puede aportar a la causa de Blatter 10 votos- sólo dispuso de 4 plazas y media. El beneficio directo de las actuaciones de la iniciativa Warner y sus países caribeños en la democracia fifiana hizo que para esta eliminatoria el camino de la selección costarricense estuviera limitado a superar en la fase final clasificatoria a Guatemala, Panamá y Trinidad y Tobago. No fue un gran logro, ni se consiguió con especial brillo, pero fue suficiente para conseguirnos el campo. Luego, la sagacidad del entrenador alemán Klinsman, que viviendo en California observó con mucho detalles tres partidos eliminatorios de la selección tica, nos puso en el partido inaugural como los rivales óptimos para iniciar con blandeza el camino de la selección anfitriona. Es posible que la mayor capacidad física de los trinitarios, así como la presencia en su banquillo de un entrenador de clase mundial como el holandés Beenhaker haya terminado de inclinar la balanza a favor de nuestro equipo, a la hora de que los alemanes se escogieran sus rivales de Grupo (ya es sabido la técnica de calentar las bolas y poner a un conocido a sacarlas de los recipientes).

En la segunda parte: El futbolito costarricense