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14.11.06

El Concierto de Sabina
















Para las fotos le puse como zoom a la cámara el lente de mi monóculo de ir a la Opera. Pero ni así.
El Palacio de los Deportes en Heredia (ese pequeño Palau Sant Jordi entre antiguos cafetales) estaba repleto.


El pasado 8 de noviembre asistí al único concierto en Costa Rica del tipo que escribió:

Como pago al contado nunca me faltan los besos

¿Qué le pueden mis letras agregar al recital de alguien que escribió semejante frase?
Nada.

6.11.06

Aquella ingobernable nostalgia

Por esta época comienza en San José el cambio de la estación lluviosa a la estación seca. Entonces, se empiezan a ver las tardes con el sol libre y sin arrepentimientos; al viento, que viene del frío, dudando entre correr o caminar; y a las bandadas de pericos que vuelan con desparpajo en diagonal dejando una estela verde y bulliciosa y momentánea por el Este de la ciudad; mientras tanto, las bandolas de los cafetos se vuelven cada vez más urgentes con el rojo paulatino de sus granos en maduración. Este es, por lo tanto, un tiempo propicio para regodearnos en la tristeza única que, para el fortalecimiento del alma, proporciona esa renegada fuerza cósmica que es el desamor. Por eso, hoy presentamos la nueva Tienda on-line del Desamor y dos pequeños quejidos al final.

Esta es la semana de la nostalgia y del amor y del rechazo en La Bitácora del Faro Tuerto y la celebramos, como debe hacerse con tal sentimiento, es decir, pontifico por una vez: con alegría y con dos pequeñas notas al pie de página.
En nuestra Tienda on-line tenemos disponible una amplia colección de artículos relacionados, toda una parafernalia para que Ud. (si este es el caso y espero que no, pero, ya se sabe que hay de todo en esta viña y a veces estamos arriba y a veces estamos abajo) se mire al espejo y diga suavemente y con orgullo al oído de la imagen del frente (que si la mira con sigilo la encontrará sospechosamente parecida a Usted mismo) : "Me tienen hecho mierda"; porque sentirse mal está bien. Para ayudar a quien lo necesite a sentir su autoconmiseración de la mejor forma (ya es conocido que este es un sentimiento muy sensible) hemos preparado, con el gentil patrocinio de “Radio Depresión 113.13 FM , “somos la tristeza en su dial”, un CD , que incluye las cuarenta canciones más tristes iniciando con el clásico “Bridge over troubled waters” , pasando por “Yo te necesito” de Los Hombres G y finalizando con la mucho más contemporánea “You are beautiful" , versión completa que incluye una foto de su intérprete James Blunt el día antes de que decidiera cortarse las venas con un peine cuadrado de carey. Los lectores son invitados a enviar su propias canciones tristes.
Además, con el patrocinio de “Paradeprex”, el más grande productor de pastillas de carbonato de litio del mundo tenemos una edición limitada y conmemorativa de las las camisetas de: “Soy un perdedor y qué” , en vibrantes tonos grises y negros y en distintas tallas. También, y por tiempo muy limitado, disponemos de una edición limitada de la camiseta con la leyenda “Ella anda con otro. ¿Y yo? Aquí perdido, tratando de mirar por entre las hendijas de los vestidores de mujeres ” , con la foto a todo color del más triste cachorro de Beagle que se pudo fotografiar en el Orfanatorio de la caridad de los perros tristes y afines. Además el muy útil librito: “Comidas y cabanga: las mejores comidas para ayudarle a tolerar el rechazo del ser querido” que incluye descuentos que le permitirán adquirir los muy convenientes para estas fechas envases de tres galones de helado de vainilla y malvadisco a un precio especial, “porque el abandono nunca supo mejor”. “La tristeza sabe bien” es el nombre de las barras de chocolate holandés enriquecidas con queso gouda que vienen en set con las velas de “El rechazo no tiene porque olor a alcanfor” en aromas muy convenientes para acompañarlo en sus momentos de saudade: “Atardecer en la funeraria” , “Sangre tibia brota de mis venas" y el siempre inspirador “Bouquet aciago para el final del camino”. Si sufre Usted sin aspavientos y en virtud es porque quiere, ya vimos como nuestra tienda rebosa de ideas y artefactos para que su periodo de nostalgia sea también una adecuada declaración de consumismo y de glotonería (qué caray uno o dos pecados alivian a otra pena); además, en medio de una crisis amorosa quién es el valiente que está para ponerse con virtuosismos.
Aclaramos que ante los juicios que injustamente han sido presentados en contra de nuestra Tienda (nada importante: dos o tres personas que luego de probar los vinos decidieron bajar de algún acantilado de una manera, cómo decirlo, digamos que poco ortodoxa, aunque ciertamente mucho más rápida) los vinos y espíritus ya no se encuentran disponibles ( y es una lástima porque teníamos unos blancos de Penedès que ni les cuento).

No se olvide entonces de visitar nuestra Tienda On-line del Desamor. Ya sabe: Ahora o en el futuro puede necesitar de nuestros artilugios.
Dos cortos quejidos.

Quejido corto #1

La ciudad asume quieta su pesada conciencia. No se mueve. Postrada en el mismo lugar como un paquidermo varicoso. La ciudad quieta y elefante. Se mira su propia tendencia a las formas lineales. Es una cuadrada. Por un segundo todos sus habitantes sincronizan sus pensamientos, todos a la vez se acuerdan por un instamnte de lo mismo en un unísono silente que amenaza con sobrecargar las líneas de tensión eléctrica. La ciudad yace asustada por sí misma, mientras furtivamente se extiende hacia los lados de sus enaguas que son como el telón de un cine de pueblo y huelen igual a cloaca y D.D.T.
Camino absorto por esta bendita ciudad, buscando en las esquinas, en los avisos de los buses, en las bancas de los parques, alguien que, en un accidente inhóspito de la naturaleza, se parezca a vos; en alguno de tus gestos, de tus manías a la hora de conversar, en alguno de tus ademanes adulterados por las clases en la Academia de Corte y Confección, o, más recientemente, por los años de convivencia con el extranjero. Pero, no estás.


Quejido corto # 2:

¿Es el amor la fuerza detrás de mis iniciativas priápicas? No lo sé yo, no lo sabe nadie.
El amor, las mujeres y la muerte. El Qohelet, Schopenhauer. Qué es lo que hacemos en el peregrinaje de la vida a la muerte. Tenía yo muy pocos años, ahora más que nunca lo sé , y a ese torbellino neurótico que me hiciste experimentar lo bauticé como “amor”. Solo vos lo supiste y quizás esa fue tu burla, y la mía que se limitó a conservar tu recuerdo, es decir tu cuerpo trigueño, tu cabellera negra que se desvaen lentos en mi memoria. ¿Y al amor? ¿ Alguien lo habrá visto en algún lugar?, preguntaré descreído en el futuro que ahora conozco también.
Imagen: "Tongue" de Kitaj (uno de mis pintores vivos favoritos).