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13.6.07

Perdón por la tristeza

Se encomendó a San Agustín: “Señor haz me casto, pero no todavía”. Los espermatozoides cuentan con sofisticados receptores de olor, algunos similares a los que se encuentran en la nariz. El óvulo tira una especie de una cuerda de pescar y atrapa al espermatozoide. Une belle dame sans merci, lo dijo ya Yeats. -"¿Estás seguro que el tal “Punto G" existe?- le habría preguntado a él- es que mi esposo, que tiene un doctorado en Biología Marina en Harvard, no lo conoce". A ella no la sobresaltó el regusto abrupto y tibio en su boca. En una pareja monógama el orgasmo no tiene ninguna ventaja aparente, pero si se trata de un ambiente en el que la hembra debe copular con muchos machos con el fin de evitar que sus crías sean dañadas, el orgasmo, (reforzando los apareamientos sucesivos con multiples compañeros) estimula la conducta que hace que las crías tengan más probabilidades de sobrevivencia. Ella era una mujer que sufría de sí misma. Él siempre estuvo intrigado por su historia. ¿Qué le había pasado en su pasado como groupie de orquestas tropicales? La cara de ella presta siempre para la ternura, sus mejillas abundantes, contrastaban con el cuerpo escueto y trabajado, era proclive a las faldas largas, a los colores oscuros, a las bebidas de frutas y a los hombres simples y vanidosos. Él tiene tiempo para preguntarse como todos los días en la mañana, en la noche, en la madrugada: ¿Quién soy yo? Debía utilizar señales de referencia para intentar definirse: soy por que estoy cerca de... , soy porque hago … En busca de su definición también pinta sueños que no ha tenido. Utiliza símbolos prestados, ajenos. En diversos estudios se ha comprobado que los distímicos tienen una forma mucho más realista de ver la vida que las personas funcionales. Se puede decir que la clave para la felicidad parece estar en tener la cantidad adecuada de “ilusiones positivas” en torno a la vida. Es decir, en la disposición de cada uno a creerse sus propias mentiras. Los depresivos tienen un punto de vista muy realista de la vida, la gente feliz tiene un adecuado nivel de engaño sobre su propia existencia. El depresivo se pregunta y le preocupa para qué sirve todo esto, cuál es el sentido. La vida entonces castiga la honestidad y premia la mentira. Vaya noticia. Esto es la Evolución y sus herencias desperdigadas por todas partes. Él se empeña en la repetición de las frases que de niño escuchaba repetir a su abuela: "lo que no me mata me hace más fuerte, lo que no me mata me trae más suerte, lo que no me ..." No puede señalar ni esclarecer con certeza cuál es la parte del cuerpo que duele, entonces le duele todo el cuerpo, (iba a decir, pero no lo dijo porque esta vez no era cierto: "una mujer me duele en todo el cuerpo" o "hay una esquina por la que no atrevo a pasar"); abatido, el único alivio posible es dormir, pero el acto de dormir contiene necesariamente el acto de despertarse y entonces el dolor es peor de lo que era antes y se olvida el alivio y sólo queda el dolor peor que antes ahí de nuevo incrustado en esa parte inubicable por taimada y por ubicua.

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6.6.07

Un invitado

Ricardo Martin, escritor argentino residente en San José, Costa Rica, aceptó mi invitación para participar en el blog. Aquí nos deja uno de sus cuentos.


TRES MUERTOS

Eran tres muertos que estaban tendidos boca arriba en la playa, con los pies desnudos apuntando hacia el mar, muy pálidos los tres, y no había cielo,rígidos como corresponde, lo que había allá arriba era una nada, seguramente ahogados, un espacio muy parecido a las palabras inmensidad y vacío, y estaban uno al lado del otro bajo el cielo inexistente, el del medio menos solo que los de los costados, y gaviotas por ninguna parte,los de los costados más solos que el del medio, porque idiotas no son las gaviotas como para ponerse a volar sin aire, y estuvieron así: tendidos, rígidos y en orden hasta que el cielo volvió celeste a su sitio y ellos entonces no estuvieron más, ni la huella de sus cuerpos quedó grabada en la arena, y allá arriba entraron las gaviotas fúnebres y unas pocas nubes más bien luctuosas, pero de los tres muertos nada, ni era necesario saber algo de ellos, conveniente innecesidad ya que ahí acaban de poner un puesto de hotdogs bajo una bonita sombrilla roja y blanca, y da gusto ver a la gente del balnerario comer hot dogs donde antes habían estado viviendo los tres muertos, bueno, no exactamente viviendo, el mío con mostaza.


San José, Mayo 31, 2007


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