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9.2.09

14 de febrero sin Tardelitos

Como en este sitio tenemos la tradición de respetar las tradiciones –hasta que nos aburrramos o nos olvidemos - estaba pendiente el post anual del Día de la Amistad y el Amor, tal y como se ha hecho en los dos febreros anteriores. Pero, como esta vez la crisis se llevó consigo el verde patrocinio de los Tardelitos, “el más dulce bombón de chocolate y guayaba” y, por supuesto, la inspiración que traía endosado, sólo me deja –abjuro de una vez por todas de la segunda persona en plural- la opción de postear una poesía ajena y ya publicada. Antes de decidirme por este visceral poema de Miguel Hernández, traté de contactar con los dos “poets in residence” del blog, pero Hubert Robertson se encontraba en paradero desconocido y las “anotaciones en el cuaderno de viajes” –como éste llama a sus oscuras piezas- que me envió hace unos meses y que incluso publiqué aquí una de ellas, estaban muy densas y arcanas como para esa fecha tan diáfana y luminosa que -como sabemos todos- es el Día de la Amistad y el Amor (y el coma azucarado). Jack Palans Bogarín Vindas , el otro “colaborador”, justo antes de salir de la cárcel –otra vez- hace dos semanas me hizo llegar una piececita dulcemente intitulada "EL COÑO DE LA POETISA”, que por razones obvias – y otras no tanto- considero que no es la más adecuada para una publicación de una solemnidad tan sublime.

!!!Feliz día del amor y la amistad!!! ( y el coma azucarado).


MENOS TU VIENTRE, del poeta español Miguel Hernández.

Menos tu vientre, todo es confuso.


Menos tu vientre, todo es futuro fugaz, pasado baldío, turbio.


Menos tu vientre, todo es oculto.


Menos tu vientre, todo inseguro, todo postrero, polvo sin mundo.


Menos tu vientre, todo es oscuro.


Menos tu vientre claro y profundo.




El post de febrero del 2008 aquí:

https://www.blogger.com/comment.g?blogID=14874833&postID=8176985099064604916&pli=1


El post de febrero del 2007:

https://www.blogger.com/comment.g?blogID=14874833&postID=117104285630216265


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8.2.09

La extinción de la monogamia

La monogamia no sobrevivirá en los próximos treinta y cinco años, desaparecerá de la sociedad hasta como un ideal. El concepto no es más que una útil convención social que raramente ha sido respetado en la práctica. Así lo afirma el escritor Jacques Attali publicadas en la Edición especial del Trigésimoquinto aniversario de Foreign Policy.

El presente, con el que día a día se construye el futuro (vaya descubrimiento estoy haciendo, hoy me siento como dice Boorstin "un descubridor”), está lleno de pequeñas revoluciones que ya no se sueñan para ser libradas en barricadas de adoquines en las calles, sino en las mentes y en las conciencias de los seres humanos. La tercera guerra mundial, que para algunos inició un 11 de setiembre, no se libra por un territorio específico (alguna una guerra relámpago empezando ordenadamente el día primero del año fiscal para ocupar los estados vecinos, por ejemplo), ni por el petróleo o el agua como lo habían previsto algunos futurólogos (ahora obligados a vertir un nuevo futuro), la nueva gran guerra se combate por ocupar la conciencia, la mente y las convicciones de los seres humanos con la propia concepción del mundo y sus divinidades celestiales y pedestres. La nueva guerra es una lucha por la influencia en las mentes de la mayor cantidad de seres humanos. No es por casualidad que la mayor potencia mundial sea a su vez la mayor productora de contenidos, de íconos, de ”pundits”, de “referencias culturales”, de científicos, de expertos en manipulación de masas, de premios nobeles, de creadores de películas, de discos. Cómo era que la antigua y derrotada Unión Soviética pretendía triunfar en la lucha por la dominación global si su producción cinematográfica, discográfica, iconográfica era tan mala, tan –pecado capital en la cultura de masas- aburrida, excepción hecha del Ché Guevara, un ícono redondo por donde se mire. Aún así, los teóricos soviéticos entendían mejor que nadie este factor crítico del éxito de su lucha por la hegemonía: la necesidad de ganar la batalla de las mentes de los habitantes de Occidente influenciables por la cada vez más relevante “cultura de masas”, sin embargo, en general, fueron incapaces de conciliar las limitantes impuestas a la libertad personal con la creación humana de contenidos potables para el consumo masivo de esas mentes que eran el objetivo de su lucha por el dominio. Sí, hubo un esfuerzo centralizado de parte de los líderes del Estado soviético, incluso, como profundos conocedores de la importancia de este requisito lograron el apoyo para su causa de centenares de “comprometidos” creadores de ideas y de contenidos.
Una vez que se alcanza la hegemonía una forma de asegurar el continuo predominio de sus propias ideas es cuestionando el orden establecido. Incluso con un ataque preventivo las ideas prevalentes en la mente de las mayorías deben recibir constantemente nuevos estímulos y retos que las pongan en duda, que las hagan cambiar, modificarse, evolucionar siguiendo, eso sí, el hilo que discurre desde el poder dominante. La revista Foreign Policy http://www.foreignpolicy.com/ aprovechó la ocasión de su aniversario para preguntarle a varios especialistas sus pronósticos sobre cómo cambiarán en los próximos treinta y cinco años las concepciones del bien y el mal, lo bello y lo horrible, lo aceptable y lo inaceptable.
En esa edición especial, el escritor Jacques Attali se atreve a dar su predicción para el futuro de las relaciones entre hombres y mujeres. Para él, la monogamia no sobrevivirá en los años venideros, desaparecerá de la sociedad hasta como un ideal. Abolida la monogamia la sociedad no regresará a la poligamia, sino que se estipulará una concepción radicalmente diferente de las relaciones amorosas y sentimentales, afirma Attali. Las sociedades pronto aceptarán como algo válido las relaciones con distintos compañeros que a su vez las tendrán con otros compañeros. No contempla la posibilidad de que una persona se relacione formalmente con un grupo de personas a la vez , principalmente por razones económicas –para mantener una transmisión ordenada de la propiedad- y porque la monogamía proteje a las mujeres en contra de los excesos de los hombres. Attali cita varias tendencias para justificar su apuesta: la intrusión del Estado en las vidas de las personas revelará en gran detalle la vida privada con sus verdades de múltiples vidas y compañeros, la hipocresía de la sociedad será dada a conocer con mayor facilidad; el aumento de las libertades individuales que ha hecho posible cambios en otras áreas anteriormente impensadas como la de los matrimonios homosexuales; la expectativa de vida cada vez más alta hará más difícil pasar la vida amando a solo un compañero; los avances tecnológicos que continuarán debilitando los lazos entre la sexualidad, amor y la reproducción. La abolición de la monogamia cambiará todos los aspectos de la vida, desde los aspectos financieros, las relaciones con los hijos y el papel del Estado en relación con la familia, todo este cambio ya empieza a estar visible detrás de la hipocresía actual que se refleja en libros, películas, la música, pontifica finalmente Attali.

El Estado Mayor de “pundits”, de hacedores de opinión, de íconos continuarán lanzando sus ideas, es en la mente del individuo -cada vez menos uno y más plural- donde las ideas lucharán su propia batalla por prevalecer, por multiplicarse como un gen exitoso, o por desaparecer en la caduca nimiedad.

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