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23.10.05

Un clásico tenebroso





La mano embarrada de una ineptitud muy sospechosa del árbitro Luis Rodríguez se encargó de proteger el resultado para el Deportivo Saprissa. Fue muy evidente que durante el transcurso del juego la actuación del Sr. Rodríguez íba encaminada en una sola dirección, la misma dirección hacía la que fueron encaminados todos sus errores: a persignar con su manto irregular a los morados.

Eso, tan innegable y evidente, ha sido de muy difícil digestión por algunos periodistas deportivos quienes no han dudado en relativizarlo y en recorrer grandes distancias en sus alegatos para justificar lo injustificable. Lo cierto y lo visible para todo aquel que se atreva a ver por entre las nubes moradas que puedan empañar su sano criterio de periodistas y directores de medios de comunicación es que los fallos del árbitro afectaron muy notoriamente el resultado y, si siguen sin aceptarlo solo vean de nuevo el video. Continuar justificando el tendencioso arbitraje del Sr. Rodríguez es una forma muy Segura de enajenar con sus justificaciones al 43% de la población que se declara liguista en Costa Rica.

Una sugerencia para la Junta directiva de la Liga Deportiva Alajuelense (qué atrevido yo, pero al fin de cuentas dos de sus distinguidos miembros son coterráneos liberianos) : contraten los servicios de una firma de investigaciones privadas solo para que se aseguren de que en este país (tan marcado por la corrupción en tantos ámbitos, como es de todos conocido) no vamos a tener el amargo despertar del fin de la inocencia que en los últimos meses han tenido las Ligas profesionales de Portugal, Alemania, Brasil. Los mejores en el mundo para este tipo de trabajo son los profesionales de Kroll Associates http://www.krollworldwide.com/services/investigations/) , pero creo que en el país deben haber buenas empresas en el ramo, y sino en México(capital mundial de la corrupción), por supuesto, también las pueden encontrar. Entonces, cuando todo se aclare podemos todos entonar gozosos una oda a la simple e inocente ineptitud.

La foto de uno de los penales no sancionados corresponde a la portada del Diario La Extra del lunes 24 de octubre.

Fútbol Costa Rica Liga de fútbol de Costa Rica Futbol

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19.10.05

El huracán más potente jamás registrado




En las últimas horas el huracán “Wilma” pasó de la categoría 2 a la categoría 5 en el ranking de los Huracanes, la escala Saffir-Simpson, y se convirtió ahora en el “huracán más potente jamás registrado en el Oceáno Atlántico”, con una capacidad destructora “extremadamente peligrosa” y vientos "sostenidos" de más de 280 kph, según el Centro Nacional de Huracanes de Miami, Florida. Para las próximas horas amenaza México, Cuba, Gran Caimán, Centroamérica y las costas de Florida.

Ante la evidencia, sólo nos queda abrazar a quienes queremos, decirles algo bonito: un te quiero, unas gracias, muchos besos en la mejillas, unas nalgadas repetidas, mientras en silencio paladeamos el aroma dulce de la paz, perfecto y efímero.



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huracán Wilma

18.10.05

Ricardo Martin es real

Asiste Ricardo Martin junto con otras personas a la fiesta de cumpleaños de su amigo Ernesto Sábato, la velada transcurre sin mayores novedades, un encuentro entre amigos para hablar de lo que más les apasiona: la literatura. Todo sin mayor novedad excepto por la poca ortodoxia del lugar donde la fiesta transcurre: la página 447 de “Abaddón, el exterminador”, la novela ya clásica de Ernesto Sábato.

Ricardo Martin es, sin embargo, real; para más señas desde hace más de veinte años habita en esa ciudad solo un poco menos ficticia que las que se pueden encontrar en la literatura o en un duermevela febril de Escher, que es por ratos San José. Saca Ricardo del pozo de su talento, de su contacto y aprendizaje con Sábato en su natal Argentina, el agua para darle a los sedientos por aprender técnicas para contar historias de una manera literaria.
En su Taller de Técnicas Narrativas, con mucha alegría enseña a quien quiera aprender recursos para contar las historias que de la caja negra interior de cada uno puedan salir. Ricardo profiere los talleres en distintas días y lugares de la capital costarricense (tanto al este como al oeste de la ciudad), para mayores informes pueden llamarlo al teléfono 296-2047 , y al inscribirse si le dicen que lo vieron en “Abaddón” les regala un siempre muy útil borrador de tinta de lapicero.

“Los cuentos que me mandáste los encuentro muy borgeanos, supongo que estarás pasando por una crisis existencial”, le dice Sábato con esa legendaria franqueza que se le atribuye, en una carta de hace un tiempo.

Los tres cuentos que transcribo a continuación pueden servir para juzgar (por aproximación borgeana) si Ricardo está atravesando por alguna crisis como en su momento le indicó su amigo Ernesto Sábato.



De su libro de próxima aparición: “El día que me leás”

Sauce llorón en medio del combate

El sauce llorón estaba a la orilla de un río, parece que todos los sauces llorones son ribereños, y no lloraba, claro, lo de llorón es un decir, y muy cerca de él combatían los enemigos con los enemigos, sol de primavera, lánguidas hojas, día agradable para matar, los vivos se aniquilaban con entusiasmo, entusiasmo poco compartido por los muertos, todo éso a unos pasos del inmutable sauce, sauce de sangre importunado, ramas rotas, indiferente sauce, sauce herido, y arriba el cielo mirando tanto infierno.



Cabeza de soldado con mal tiempo

Cuando el soldado recibió el bazucazo, perdió la cabeza. Mañana nublada. La cabeza del soldado se desprendió del soldado. Nublada, tirando a lluviosa.
Y rodó por el cuartel y los ministerios. Truenos. Rodó por la tormenta, aún hoy rueda. Lo que se dice, mal tiempo.


Iban ensangrentados por el campo

Iban por el campo ensangrentado. Cinco de la mañana. Iban ensangrentados por el campo.
Tres eran.
-¿Usted mató al coronel?
-No mucho.
El otro callaba
El primero tenía bigotes, el segundo tenía hambre, el tercero tenía silencio.
Bigotes, a Hambre:
-¿ Por qué calla ése?
Hambre, a Silencio:
- Sí ¿por qué calla usted?
Silencio se puso el índice sobre los labios ¡Shh! Y se arrojó cuerpo a tierra. ¡Cállense!
Los pajaritos habían dejado de piar, habían dejado los árboles, habían dejado presagios.
Las bombas llegaron.
Hambre en trocitos, Bigotes en trocitos, Silencio en trocitos.
En otro lugar acaso etéreo, Silencio -muy fastidiado- le pide al Señor de las LLaves y la Barba una entrevista urgente con Dios.
San Pedro mira para otro lado:
- No está.



Ricardo Martin, del libro de próxima aparición: “El día que me leas”






Literatura Costa Rica costarrican Literature Heriberto Rodríguez Heriberto Rodriguez

13.10.05

Correo devuelto, justo hoy



Estaba revisando el Manual de Estilo del Diario El País en busca de sus instrucciones en caso de que se confirmara una noticia previamente publicada por el medio con cierto aire de adelanto o de clarividencia.

Con tantos años de ver el Resumen Deportivo de Canal Siete, creo posible estar contaminado por la carga indisimulada de autobombo que sin cesar proclama su director desde su altar adornado con flores postizas y frases hechas y vacías, por eso decidí recurrir al riguroso libro verde del diario español, solo para estar seguro de una cosa o de la otra.
Posterior a que se ha publicado una exclusiva o una nota que refleje el buen hacer de quienes escriben en el medio no debe hacerse mención de que en el diario se publicó primero, eso deben notarlo por su propia cuenta los lectores, temí, antes de leerlo, que dijera el Manual; si fuera así, una parte de mí piensa, para qué, entonces, son hechos esos Manuales sino para transgredirlos, para pecar en contra de sus restrictivos canones, no es acaso más dulce el pecado cuando se sabe de la existencia de un completo cuerpo de letras, cuya elaboración ha requerido mucho tiempo, energía y pensamiento, que expresamente prohiba lo que se se tiene intención de realizar, no me digan que no es más gustoso así, además en la intención ya radica, peludo, el pecado.
Pues en esas estaba cuando el anuncio de la concesión del Premio Nobel de Literatura hizo inútiles todas mis dudas, todo el trabajo diletantte de mis neuronas en busca de frases un poco menos obtusas; no fue ni siquiera necesario pensar en poner aquello de “Ladran Sancho, señal de que hay perros”, porque de Harold Pinter no conozco mucho, ciertamente no tanto como para haberlo incluído en mi Terna para la Academia sueca, publicada en agosto en esta misma Bitácora (pueden verla en el archivo de agosto de esta Bitácora bajo el nombre “La terna de esta Bitácora para la Academia”), sus obras de teatro han sido escasamente traducidas al español (la mayoría de ellas a principios de los setentas), sé del neologismo en inglés Pinteresque, usado para describir ciertas tramas con atmósferas claustrofóbicas en las que los personajes dejan ver poco a poco sus verdaderas miserias detrás de una existencia aparentemente banal. Además, pocas cosas me aburren más que leer obras de teatro, y en la cartelera teatral de San José abundan más los títulos como “Mi mujer es un futbolista del Saprissa” que obras como “Polvo eres”, “Luz de luna”, “Tiempo de Fiesta”, que son algunas de las piezas de Pinter traducidas al español.

Apenas conocida la noticia de Pinter los medios hicieron ver el muy notorio “compromiso político” del premiado : su oposición a la guerra de Irak, a Tony Blair lo llamó un “deluded idiot” , algo así como un “iluso idiota”, a Bush le espetó cosas peores. Por supuesto que en su momento hizo la condena de rigor a la dictadura de Pinochet.
Su nombramiento también podría ocasionar acusaciones de “eurocéntrica” a la Academia porque siete de los galardonados en los últimos 10 años provienen de ese continente, no me extrañaría tampoco que lo señalaran (¿algún francés?) hasta de “anglocéntrica”, en menos de cinco años ha otorgado el premio en dos ocasiones a escritores ingléses (V.S. Naipul ganador en el 2001 es inglés nacionalizado).

Ahora debo dejarlos, Eric Schmidt, el presidente ejecutivo de Google y de Gmail, me está devolviendo la llamada que hace unos minutos le hice (en ese momento estaba desayunando, supongo que gallopinto con huevo pateado) , quiero hacerle un reclamo: el correo electrónico enviado el pasado 26 de agosto con mi “advertencia en forma de terna” a los miembros de la Academia sueca, aparece apenas hace menos de una hora en mi cuenta de G-Mail como recién devuelto sin llegar a sus destinatarios, o sea devuelto ahora casi dos meses después de su envio. Me va a tener que oir ese gringo, son muchos los problemas que me están ocasionando esos defectos en el G-Mail.





Premio Nobel Literatura 2005 Harold Pinter español

11.10.05

Ya viene la nueva novela de Houllebecq


Cuenta Antonio Lobo Antunes que una de las grandes desilusiones de su juventud ocurrió cuando cayó en cuenta de la existencia de otras personas que también leían a Dostoievsky.

Eso me sucede a veces con ciertos autores, se llega el momento en que me doy cuenta, como lo hizo Lobo Antunes de joven, de que existen otras personas, aparte de uno que creía que era el único, que los leen, rompiendo de esa forma la vana ilusión de exclusividad que secretamente guardábamos. No es acaso la búsqueda de exclusividad una de las fuerzas primordiales que mueven al mundo: exclusividad en el amor, en la atención de la madre, en la mirada de la maestra de tercer grado; esa absurda ilusión con la exclusividad nos hace sentirnos más amados, más sujetos.
Pues bien, ahora resulta que la presentación de la nueva novela de Michel Houellebecq traducida al español: La posibilidad de una isla , está a la vuelta de unas semanas y viene impulsada por una de las más grandes editoriales de lengua española, o sea que lo más probable es que muy pronto también llegue por acá; y , horror para mí, muchas más personas leerán a Michel Houellebecq. Nacido como Michel Thomas en la colonia francesa de las Islas Réunion en 1956, tomó el apellido Houellebecq de su abuela, quien lo crió, luego que su madre (una antigua hippie “sesentayochesca”) abandonara a su padre y se casara con un musulmán. Por sus comentarios en contra de la religión mahometana en un programa de televisión (estaba muy borracho, dijo luego) y por lo escrito en su novela Plataforma , fue acusado de blasfemia en las cortes francesas en las que se defendió con un buen punto: atacar a una religión no significa atacar a quienes la practican; al final del juicio las cortes lo absolvieron, no sin una gran controversia.

Michel Houellebecq es considerado unánimemente como “el autor más provocador de la lengua francesa en la actualidad”, ha escrito cuentos, poesías y cuatro novelas traducidas al español como La ampliación del campo de batalla, Las partículas elementales, Plataforma, y la más reciente La posibilidad de una isla.
Con un estilo brusco, sin adornos, cargado de descripciones crudas, mucho más ginecológicas que literarias, sus libros destilan la falta de fe en el futuro, la absoluta desazón, la vida como una molesta enfermedad de transmisión sexual, la muerte como solución y como único destino acogedor.
Desde su aparición en el panorama internacional en el 2000 con su segunda novela:
Las partículas elementales , ha sido blanco de multiples críticas, que, sin embargo, no han hecho más que aumentar su preponderancia en el panorama narrativo mundial.
“Houellebecq es el Ozzie Osbourne de las letras francesas contemporáneas”, dijo un crítico inglés. Escribió Rafael Conte en el Babelia: “Houellebecq elige tan bien sus temas, como si lo fueran de verdad (reales), y tiene tan malas intenciones que sería el colmo que al final escribiera bien, no faltaría más.” Otro crítico del London Times, dijo que Benny Hill (el comediante) era más un novelista de ideas que el francés. “Mal escrito”, “aburrido”, son algunas de los comentarios que sus obras han obtenido.
Las tres novelas que he leído : Ampliación del campo de batalla, Las partículas elementales y Plataforma me han dejado con un regusto de repugnancia, de desazón, pero, son obras poderosas y conmovedoras. En Plataforma, su penúltima novela, hace un relato de la Francia actual: con las tensiones raciales y xenófobas, (el padre del protagonista es asesinado por un musulmán), de la vida en la Francia gris y decadente de hoy, con barrios en donde la violencia y la marginalidad deterioran la calidad de vida; el libro también aborda el tema del turismo sexual, para el protagonista el cuerpo es lo único que verdaderamente disponen los habitantes de los países pobres y está bien que lo utilicen para ganarse el pan a costa de los bolsillos de los habitantes de los países ricos, (la teoría económica aggiornata). En su primera novela: Ampliación del campo de batalla , narra la aburrición, la desesperanza que solo se cura con la muerte, con qué otra cosa. En Las partículas elementales hace una crítica a los antiguos hippies sesetayocheros (como su propia madre desertora), se refiere con mucha “non chalance” a la depresión, a la locura, y, por supuesto, al sexo como una actividad para escaparse y a la vez consumirse en sus propias neurosis; algunos han visto en la novela una misoginia más que aparente : todas los personajes femeninos mueren de forma trágica y hasta con cierto sadismo o gusto, por ejemplo uno de los personajes femeninos se mata al caer por las escaleras en su silla de ruedas.
¿Cuál es el argumento de su nueva novela?, cuenta hoy el diario El País que le preguntaron ayer en España. "No sé. Es una crítica implícita al budismo en tres partes, una concluye con una situación sin salida, otra describe un nuevo acontecimiento que acaba en catástrofe, y la tercera no cuenta nada pero es muy lírica". Con eso quiso decir, a su manera, que mejor la leyera por él mismo.

A pesar de la gran cantidad de críticas negativas que esta nueva novela ha recibido cuando salió,-primero en Francia y luego en su traducción al inglés-, no dejaré de comprarla cuando aparezca en los estantes de las librerías de Costa Rica , precedida ahora sí, es de esperar, por un amplio despliegue, es que una novela de Houellebecq es algo que en mi condición de afecto a la literatura contemporánea no puedo dejar pasar por alto, y que leeré plenamente enterado de todo lo extra literario que le rodea, sin dejarme abrumar por el "hype", por la bulla.

Sólo una idea: para la presentación de Plataforma en Barcelona los editores incluyeron danzas con mujeres muy ligeritas de ropas y hasta a una joven que se hacía en escena un modelo en yeso de su organo como lo hacía en el libro una de las protagonistas, la primera edición se agotó al instante. No sé, lo anterior es solo un recuento de lo que en otro lugar hicieron con mucho éxito, no estoy sugiriendo que sus editores locales hagan algo así en el Centro Cultural de México o en el de España, o en la Alianza Francesa, no por supuesto que no.


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7.10.05

Lo dicen en la B.B.C.


Después de medir los “bienes” de más de 100 hombres, los médicos de la Clínica de Urología del University College de Londres llegaron a una conclusión que puede revolucionar la forma como se relacionan los hombres y las mujeres, puede cambiar las claves no escritas del cortejo inicial.

En el riguroso estudio los “instrumentos” masculinos fueron cuidadosamente medidos (yuck) en dos posiciones: suaves y levemente extendidos. Atención a sus hallazgos: el tamaño promedio fue de 13 cms., (en un rango que iba desde los 6 cms. -ja, ja- y los 18 cms.) y el descubrimiento revolucionario -por el que ahora son considerados como serios candidatos al Nobel de Medicina del 2006-, no hay correlación entre el tamaño del pene y la talla de los zapatos. No existe evidencia científica, concluye el sesudo estudio, de que sea posible predecir el tamaño del organo basándose en la talla de los zapatos.

Ya lo saben todos aquellos (pobres ellos) que usan calzado dos tallas más grandes.




Attali monogamia

6.10.05

Tu probable soledad




Te fuiste. Te llevaste la mirada que arriaba el caos en mi casa y la dejaste llena de ausencia. La misma mirada que le daba sed a mi hambre y me dejaba peor. Me dejaste la felicidad de tus bragas abigarradas, la fortaleza de tus sostenes vacíos de gloria y los demás abalorios que me hacían sentirme orgulloso de ser un pelafustán. Tu pelafustán. Estos cuerpos de nuestros delitos se los daré al travesti del barrio, para la colección. Prometo que no me dejaré ni uno solo. Prometo que por una vez cumpliré mis promesas. Te llevaste el Rolex, regalo de tu marido y símbolo del incienso y la gracia del poder establecido. Me dejaste rastros de tu cabello y su olor en el cepillo. Desde que recuerdo, el pelo de una mujer bonita tiene el mismo aroma del perfume de mi primer amor, porque todos los amores son el mismo repetido, la misma mujer encarnada en distinto cuerpo para seguir engañándonos la vida con los ojos de pan casero y la risa de banquete inacabable.
Me dejaste el recuerdo de mis manos en tus nalgas blancas, tibias, frutosas, como cajetas de leche en polvo. Te llevaste mi agradecimiento por tu hombro siempre dispuesto, que esperaba mi cabeza goteando, y me dormía, feliz, otra vez con tu olor. Me dejaste el dilatador de mil cosas y tus demás medicinas para el asma, inútiles ahora sin más desasosiegos que sosegar. Las medicinas para el alma, esas te las llevaste todas.
Me dejaste tu sexo en mis sueños, mojado y agradecido. Cada día me duele más.
Te llevaste el libro de tus ojos, la escalera al cielo, aunque me dejaste los únicos lentes en el mundo capaces de leerlo tal y como es. Me dejaste la boca llena de felicidades y fantasías que algún día me atrevería a decirte. Te llevaste la falta de tu memoria y los excesos de la mía. Los equilibrios se rompen antes de podrirse. Me dejaste recuerdos de mil anarquías, de acciones sin fajas ni homilías. Añoradas transgresiones al pudor, como los paseos por playas teóricamente desiertas, vestidos solo con el disfraz de la arena pegada al sudor. Parecíamos, según dijiste, los monstruos de la Isla de Gilligan. No olvido la arena de la playa, siempre curiosa, intrusa, y enamorada de las mismas partes de tu cuerpo que yo. Te llevaste mi enojo con tu terquedad salvaje, incontrolable como la selva. Terrible y molesta.Y entonces te odié. Me dejaste desatadas las ganas de escurrirme por el papel. Nunca he sido capaz de escribir después de hacer el amor. Con tu ausencia escribo sin parar todas las historias que estuvieron atrapadas en algún lugar entre mi cuerpo y tu cuerpo, y que ahora corren libres sin carcelera ni conciencia. El frenesí después de la privación. Me dejaste las fotos y cintas con tu fotogenia liberada, saboreándolos podría con fortuna perder la razón. Te llevaste alguna de mis virginidades en amores: nunca antes nadie me había dejado; la derrota me hace más común y humano. Me dejaste sin tu cuerda para no hundirme cada vez que me caía en mi pozo personal. Algunas veces el pozo era muy profundo o la cuerda muy corta, y me ahogaba por un buen tiempo. Otras veces -la mayoría- me rescatabas tembloroso y llorando, entonces en la alegría después de la tristeza éramos felices, mientras nos acordáramos o nos olvidáramos. Nunca había podido escribir nada para vos, que los dolores me hacen callar y bajar la cabeza. Y con la cabeza baja no se puede escribir, para escribir hay que tener dignidad, para luego perderla lentamente.

Sacando las cuentas de tu era y con la lengua en mis heridas, me queda el sabor de que me has dejado más de lo que te has llevado, pero no puedo evitar sentirme derrotado.
Porque si ganaron mi tranquilidad y su paz -la paz del aburrimiento- perdieron las aventuras aún por vivir, el dolor de desearte, la felicidad de no tenerte y la incertidumbre de tu probable soledad.

3.10.05

Dos noticias elocuentes

Dos noticias de los periódicos del sábado en Costa Rica:

“Asesinan panadero al robar su carro. “

“Puestos en libertad a menos de 24 horas de su captura los nueve implicados por el O.I.J. en el robo con asalto de al menos 300 carros. No se dio a conocer el nombre del juez que dictó la medida ”







Quería dejar que estas dos noticias hablaran por si solas.


En medio del colapso estrepitoso del Estado costarricense no se puede pretender que uno de sus poderes se salve de la decadencia, de la cochambre. No es realista creerlo.

Lo cierto es que hay algo que a todos nos concierne: muchas personas que deben estar en un lugar desde el que no puedan dañar a los demás, hoy, ahora mismo en este segundo, andan libres y muy envalentonados robando, asaltando, desvalijando casas, asesinando, estafando, haciendo de este país, alguna vez “una suiza” , un peor lugar para vivir, un peor lugar para que los hijos crezcan (todos los hijos, hasta los de los señores miembros de los distinguidos poderes, sí, hasta esos mismos hijos), un peor lugar para intentar ser feliz.

Las personas que se dedican a dañar a la sociedad desde sus actividades criminales cuentan con el amparo de un sistema que no funciona. Para quienes trabajan honradamente, como el panadero asesinado por quitarle su herramienta de trabajo, saben que en cualquier momento ellos pueden ser la siguiente víctima, y, como los casos de los enfermos de cáncer que recibieron un tratamiento para su enfermedad de una manera negligente y nociva, están en la indefensión (nunca mejor dicho) ante la incapacidad del Estado.

Y ¿ saben qué? A nadie le importa.

Hace poco, cuando por un supuesto error de uno de los fiscales a su cargo los tribunales absolvieron de culpa a una persona acusada de atropellar y matar a una muy joven mujer embarazada, el Fiscal General de la República se limitó a decir algo como: de qué se asustan si ese tipo de situaciones sucede todos los días. Fin del asunto.

A ninguno de los candidatos a la presidencia le he escuchado hablar del tema. Ni siquiera he oído aquella teoría relativizadora de que: “la cárcel no es la solución, hay que hacer mejores familias, es culpa de la televisión, etc., etc.,” a la que son tan afectos algunos, tan nublados por las entelequias y por la entropía caduca. Pero, estoy seguro que si algún valiente entre los candidatos se “moja” con el tema tendrá apoyo.
La sociedad civil (la verdadera, no la así autodenominada con el propósito de mantener sus privilegios de voceros de una minoría bulliciosa) debe luchar por este tema..., pero, mejor no hablo más, al fin de cuentas, las dos noticias son más elocuentes y más eficaces para causar rabia, tristeza, para señalar el fragmentado camino de nuestra propia decadencia como sociedad funcional y vivible.